CODIGO TRES

Accesorios


La cereza en el pastel, el azúcar en el pan, la sal en los mariscos, el éxtasis culminante antes de cruzar la puerta todos los días.
Así de importantes son los accesorios en los garmets. Ayudan a definir la imagen que queremos proyectar, y muchas veces, cuando las garritas no ayudan mucho, pueden ser el lift salvador del que muchas veces poco nos acordamos, y cuando lo hacemos, no le ponemos tanta atención.

Lo confuso de todo esto es que cuando se trata literalmente de colgarme la cotorra en el hombro, tengo a Coco en una oreja susurrandome que menos es más; mientras Galliano (en la otra oreja) me grita a pulmón abierto que más es más…. Que más? QUE TODO!
Absolutamente todo lo que quepa a lo largo y ancho de mi circunferencia corporal. Desde la cotorra (y no sobre el hombro); en su jaulota de dos pisos, aperingada en mi cabello, y de ser posible, un pavorreal on top of the cage, disque para darle dramatismo; con su plumaje exótico que seguramente terminará sobre mis pestañas y me hará caer de un tropezón; solo para darles el efecto largo y espectacular que todas soñamos. Bye bye rímel bye bye.

So, no advice on this one. Quien prefiera Coco, en perlas se queda, y quien se incline a Galliano, expect the unexpected.

Siendo yo la desfataches en dos patas, no niego la cruz de mi parroquia. Lo que si, siempre siempre recomiendo es, que terminado el proceso de get-ready-time (ropa-zapato-accesorio) nunca está de más dar un último vistazo al conjunto que con tanto esmero pusimos all together. A fin de cuentas, que tanto es tantito, si ya invertimos unas valiosas 3 horas en el asunto, 30 minutos más para examinar el producto final nos pueden salvar de lo insalvable.

En su día de suerte, no van a tener que dejar una prenda behind. Pero si sus días son como los de las personas normales que no rayan en lo estrafalario, por lo general, no dejaremos una, ni dos, sino hasta 4 piezas que quien sabe como llegaron a nuestra cabeza, cintura o pies.